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Día de muertos en la Sierra Norte de Oaxaca

Oaxaca es conocida en México como uno de los mejores lugares donde celebrar la tradición del Día de los Muertos y los festejos se extienden durante todo el mes de Noviembre. Una opción interesante es combinar la visita a la ciudad con los Pueblos Mancomunados de la Sierra Norte, a sólo 1 hora y media de Oaxaca, para vivir esta tradición de manera más íntima y familiar.

Expediciones Sierra Norte es una empresa comunitaria de ecoturismo, que pertenece y es operada por los Pueblos Mancomunados de Oaxaca. Son ocho los pueblos que forman la mancomunidad y seis de ellos son parte del proyecto de turismo que se inició en 1994: Benito Juárez, La Nevería, Latuvi, San Miguel Amatlán, Llano Grande y Cuajimoloyas. Esta novedosa iniciativa intercomunitaria promueve la preservación del patrimonio natural de la Sierra Norte a través de un programa de turismo responsable (ecoturismo y aventura), al mismo tiempo que permite el intercambio cultural entre visitantes y familias locales.

La “gente de las nubes”, como se conoce a los habitantes de la sierra, son comunidades de la etnia zapoteca que se encuentran entre los 2400 y 3100 metros sobre el nivel del mar, en un territorio de 24,932 hectáreas y se han organizado para recibir visitantes y compartir con ellos la belleza de sus bosques que entre todos se encargan de proteger. Su emprendimiento hoy recibe unos 25 mil visitantes anuales y en 2016 fue galardonado con los premios “Tourism for Tomorrow” que otorga el Consejo Global de Viajes y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés) en la categoría “Comunidad” y “To do” por un turismo socialmente responsable, que otorga The Studienkreis für Tourismus und Entwicklung (Institute for Tourism and Development) en el marco del ITB de Berlin.

Los itinerarios que ofrece Expediciones Sierra Norte incluyen caminatas, ciclismo de montaña y cabalgata a través de una red de senderos señalizados que abarcan más de 100 kilómetros, uniendo los distintos pueblos. Aunque las actividades de aventura son el eje de los itinerarios, hay muchos momentos para compartir la vida cotidiana con los habitantes de los pueblos y aprender de sus usos y costumbres. El itinerario del que participamos fue muy especial, siendo uno de los primeros que combinaba las celebraciones de Dia de Muertos en la Sierra Norte y en la ciudad de Oaxaca, dando a los visitantes la oportunidad de participar activamente en los preparativos de este evento cultural único.

El recorrido comenzó en Oaxaca, donde nos unimos con otros participantes del tour para trasladarnos hasta Benito Juárez, comunidad pionera del ecoturismo. Su punto más alto es el Mirador a 3100 metros, con vistas impresionantes de los valles centrales. Aquí se encuentran sus dos atractivos distintivos- el puente colgante y, para los que disfrutan de las aventuras extremas, un circuito de 3 tirolesas siendo la más larga de 300 metros de largo y 80 metros de alto.

Benito Juárez se ha convertido en un icono del turismo de aventura gracias a los dos atractivos antes mencionados, pero en nuestro viaje descubrimos que Benito Juárez es mucho más que eso,  aquí las familias te reciben y estan dispuestos compartir distintas actividades de su vida cotidiana contigo. De regreso del mirador, almorzamos en casa de Doña Clara, quien además de una deliciosa comida típica, nos enseñó su huerto orgánico, sus plantaciones de flores y las artesanías que realiza. En la tarde visitamos Casa de Piedra, emprendimiento de Doña Lilia y su familia, donde participamos del taller para hacer los tradicionales tamales de mole y el chocolate, alimentos que se colocan como ofrendas el 31 de octubre en el altar de muertos. Los visitantes pueden colaborar activamente en todo el proceso, desde tostar los granos de cacao hasta molerlos con canela y azúcar, para más tarde degustarlo con los deliciosos tamales que aprenden a preparar. Luego de la cena, regresamos a nuestra acogedora cabaña para descansar al calor de la chimenea.

Al día siguiente visitamos la granja ecológica del Señor Eli, que nos recibió con sus adorables nietas y nos dio un recorrido por su pequeña granja donde siembra flores, árboles frutales, maíz y tambien cría algunos animales como gallinas y ovejas. Aquí disfrutamos de un desayuno típico y probamos el atole colorado, una bebida a base de maíz con chocolate, canela y achiote, especie que le da su color rojo.

Desde la granja del señor Eli emprendimos el descenso hacia Latuvi (la tierra de la hoja enrollada en lengua zapoteca) en una caminata de tres horas con vistas espectaculares de la sierra y los pueblos aledaños. Latuvi está a 2400 metros sobre el nivel del mar y como todos los pueblos mancomunados, cuenta con su oficina de turismo, donde nos recibieron para registrarnos y llevarnos a nuestro alojamiento. Al igual que en Benito Juárez, las cabañas tienen vistas encantadoras y amplias terrazas con hamacas para disfrutar la paz del lugar.

Latuvi

En Latuvi tuvimos la oportunidad de preparar el tradicional pan de muertos, otra de las ofrendas que se coloca en los altares. Este tipo de pan es una de los alimentos más típicos que se preparan en época de Día de Muertos y su presencia es obligatoria en todas las ceremonias en los panteones, altares y en las casas de las familias. Yolanda nos compartió la receta y luego la ayudamos a darle su característica forma a los pancitos. La demanda de pan es mucha en estos días y aunque son 5 panaderías en Latuvi están todas muy ocupadas atendiendo grandes pedidos.

Hay dos variedades de pan que se preparan: el criollo (sin huevo) y el que lleva yema de huevo, ambos deliciosos. El horno de adobe se calienta durante un par de horas con leña, cuando esta caliente se barre con ramas de chamizo y otras plantas de la región,  para luego introducir los panes uno a uno. Pueden hacerse al mismo tiempo unos 60 panes. Cuando estuvieron listos, degustamos nuestras creaciones con una rica taza de chocolate caliente. En Oaxaca se acostumbra acompañar siempre el chocolate con pan.

A diferencia de Benito Juárez, en Latuvi las comidas se sirven en comedores familiares, existen 3 comedores que se van rotando cada semana, y es ahí donde se dan los encuentros e intercambios con otros pequeños grupos de viajeros, como en nuestro caso. En la noche, nos reunimos alrededor de una fogata y escuchamos con curiosidad las leyendas de día de muertos que nos compartieron algunos habitantes del pueblo en un contexto realmente mágico.

El altar

Como broche de oro de nuestro itinerario, el 31 de octubre partimos temprano en una caminata de una hora, recolectando flores con Don Alejo para colocarlas en el altar que más tarde ayudamos a preparar. Las flores típicas que se recogen son blancas y violetas, así como el cempasúchil silvestre y las calas. Llegamos a la casa de Doña Esperanza y el Sr Rufino que nos esperaban para ayudar en la construcción del altar en honor a su papá y otros difuntos de su familia.

Altar para Día de los Muertos en Latuvi

Aquí aprendimos que el 31 de octubre se prepara primeramente el altar para los niños, que llegan a partir de las tres de la tarde, y el 1 de noviembre se coloca la ofrenda para los adultos. Siempre se incluye pan, chocolate, frutas, cacahuates y nueces y en general todos los platillos que la persona disfrutaba en vida. Para los adultos se incluye mezcal y otras bebidas, mientras que para los niños se colocan dulces y refrescos. Se cree que durante esos días festivos, los seres queridos regresan desde el más allá para reunirse con sus familiares y es fundamental que el altar esté preparado y las puertas de la casa abiertas para que sean bienvenidos luego del largo viaje que emprenden. También durante estos días se reciben visitas de amigos y familiares que vienen a compartir el festejo y a partir del 2 de noviembre, una vez que los difuntos se han ido, se comparte la comida del altar.

Esta es una tradición única en el mundo, donde esta fecha es una verdadera celebración y un momento para compartir y recordar a los difuntos. La preparación del altar es una actividad muy emotiva para una familia y tener la oportunidad de compartir este momento con las familias locales es una experiencia única para los visitantes.

Todas las actividades durante éste y otros tours en la Sierra Norte de Oaxaca son proporcionadas por las familias o habitantes locales. Asimismo, la comunidad local comparte las comidas y actividades diarias con los visitantes y son verdaderos anfitriones que hacen sentir bienvenido a todos los que participan en uno de los itinerarios. Con este concepto, “Expediciones Sierra Norte” crea oportunidades e importantes ingresos económicos para las familias rurales de los Pueblos Mancomunados a través de las experiencias turísticas. Gracias a estas oportunidades, la comunidad local tiene la posibilidad de trabajar en sus alrededores y no necesitan dejar sus tierras en busca de mejor futuro en las zonas urbanas.

Así nuestro viaje por la Sierra Norte de Oaxaca compartiendo las tradiciones de día de los muertos con las familias llegaba a su fin, pero en la ciudad de Oaxaca los populares festejos nos esperaban de la mano de Chimalli, operadora turística que coordinó el itinerario en la ciudad. El recorrido incluía la visita a los panteones, las tradicionales “muerteadas” o comparsas, donde los vecinos se disfrazan y salen a las calles a desfilar al ritmo de la música, las exhibiciones de altares de todo tipo, casas adornadas y turistas y locales maquillados. La ciudad de Oaxaca es una gran fiesta en esos días y sin duda es uno de los mejores lugares donde vivir este ritual, pero nuestras vivencias en la Sierra y el haber compartido de cerca los preparativos con las familias, nos dejaron un aprendizaje y un recuerdo aún más profundo de esta tradición mexicana.