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Innovador crowdfunding para potenciar el turismo comunitario en la Selva del Chocó (Colombia)

Laura Lozada

[dropcap]C[/dropcap]olombia es un país que presume de ser uno de los puntos calientes de biodiversidad en el mundo, destacando por ser el país con mayor número de especies de anfibios.  Pero además, es un país multicultural que posee un gran número de poblaciones rurales e indígenas, garantes de la conservación de la biodiversidad y la cultura local. En esta entrevista, Verónica Álvarez habla con Laura Lozada sobre los retos y oportunidades del turismo comunitario en la selva del Chocó, un enclave sin igual a orillas del Pacífico colombiano.


Verónica: ¿Qué tipo de turismo está actualmente llegando a la Selva del Chocó?
Camino a la chontadura

Laura: Actualmente la tercera parte del turismo que llega a la Selva del Chocó son extranjeros, pero también llega mucho turista nacional de centros urbanos cercanos como Medellín, Bogotá y Cali. Para llegar a muchos enclaves no hay acceso terrestre habilitado y principalmente se llega en avión (también se puede llegar en lancha, pero este medio de transporte es más usado por los locales que por visitantes), por lo que no es un turismo masivo.
En realidad hablamos de un turismo un poco más exclusivo que viene buscando naturaleza, ballenas, aves, plantas exóticas y de alguna manera podría decirse que tienen afinidad con la conservación y curiosidad por conocer la forma de vida de las comunidades. No obstante, en mi opinión, todavía falta trabajar para que podamos hablar de turismo sostenible. Creo que aún es necesario impulsar el turismo de base comunitaria y la recuperación de los saberes ancestrales, para lo que son necesarios planes de desarrollo turístico que tengan en cuenta capacidad de carga de los ecosistemas y el manejo de residuos; especialmente en lo que se refiere a aguas servidas.

Verónica: ¿Cómo crees que podrían trabajarse estos aspectos para lograr un turismo más sostenible en la Selva del Chocó?

Laura: Creo que es importante que desde los municipios se tengan más discusiones públicas sobre este tema, concientizar a las autoridades, empresarios y comunidad de que turismo de naturaleza, no es lo mismo que ecoturismo.

El ecoturismo requiere interpretación de la naturaleza, de educación ambiental (para locales y visitantes), de respeto por las cultura de las comunidades receptoras y su saber ancestral. Creo que es necesario evaluar la oferta turística actual y dar oportunidades reales para que las comunidades participen y tomen decisiones sobre el desarrollo turístico de sus municipios.
También pienso que en la medida que estos temas se empiecen a discutir va a generar mayor atención del sector público. Se necesita que desde la política pública local y nacional se empiece a tener en cuenta que el turismo sostenible requiere inversión y planeamiento. Si bien todos los sectores deben estar involucrados en este desarrollo, el sector público debe marcar la pauta y establecer el turismo sostenible como una prioridad.

«El ecoturismo requiere interpretación de la naturaleza, de educación ambiental (para locales y visitantes), de respeto por las cultura de las comunidades receptoras y su saber ancestral.»

Desde el punto de vista ambiental, es urgente atender temas como el tratamiento de aguas servidas y residuos sólidos, en referencia al PET (botellas de plástico) ya hay algunos avances impulsados por una ONG, no obstante, considero que otras medidas adicionales son necesarias. 

Verónica: ¿Crees que el turismo puede ayudar al desarrollo socioeconómico de las comunidades rurales?
Reunión grupo Pichindé

Laura: Esta es una muy buena pregunta. Yo creo que el turismo aporta a mejorar los ingresos económicos de las comunidades rurales, permitiéndoles tener acceso a bienes, servicios y en algunos caso a diferentes niveles de educación formal. Sin embargo toda actividad económica tiene impactos, y hay que estar muy atentos para saber gestionarlos.
El primero y me atrevería a decir el que es más común, es cuando el turismo deja de ser una actividad complementaria y desplaza otras actividades tradicionales como por ejemplo la agricultura. Ser dependiente de una sola actividad económica o enfocar la mayoría de los esfuerzos en ella, puede ser peligroso porque cualquier cambio en la dinámica de esta actividad deja más vulnerable a las familias, además de existir un riesgo de pérdida de conocimiento y de prácticas sociales asociadas a las otras actividades.  

Verónica: Tengo entendido que además eres la creadora de un proyecto innovador de desarrollo rural donde los protagonistas son el turismo y la educación ambiental. ¿En que consiste esta iniciativa?
Espacio para el circuito en la escuela

Laura: Si, el proyecto fue fruto del trabajo de investigación de mi maestría y la razón por la que sigo aquí. Se llama Enamórate del Pacífico Colombiano: siembra y recupera el saber ancestral y está centrado precisamente en Joví, dentro del municipio de Nuqui, en medio de la selva chocuana.
El proyecto propone desarrollar un espacio para la educación ambiental, la recuperación de saberes ancestrales, el aprendizaje de nuevas técnicas y el fortalecimiento del turismo comunitario. Todo esto de la mano de la Asociación de Guías Pichindé, que es la organización de turismo comunitario de Joví. Esta es una asociación solidaria con 25 miembros y el proyecto busca vincular a los asociados y a los estudiantes de la única escuela que tiene la comunidad.

Verónica: ¿En qué fase del proyecto estáis en estos momentos?

Laura: En este momento estamos en la etapa de recaudación de fondos para poder implementar estas actividades, aunque la Asociación de guías Pichindé tiene más de 10 años trabajando como organización de turismo comunitario, las largas temporadas de sequía de los últimos años han afectado un poco el recorrido y esto ha disminuido el atractivo turístico para los visitantes. Por eso, la necesidad de diversificar la oferta turística, al igual que incentivar actividades tradicionales como la agricultura.Para recaudar los fondos necesarios para este proyecto hemos creado una campaña de crowdfundig, donde una de las recompensas para los donantes es venir a participar en el montaje del circuito y de los viveros. Esto con los gastos de hospedaje y alimentación cubiertos por su donativo. La idea de escoger esta estrategia de recaudación tiene un doble objetivo ya que da a conocer el destino e incentiva el turismo solidario, como una forma de ecoturismo.


Soy magister en desarrollo y medio ambiente y una enamorada del Pacífico colombiano. Por eso llegué a esta comunidad. Ellos participaron en mi investigación de maestría, y a partir de los problemas que identifiqué frente a las transformaciones del sistema productivo tradicional y los servicios ecosistémicos, quise proponer la implementación de este proyecto.

Verónica: ¿Materializáis vuestra propuesta a modo de actividades con la población local y los visitantes?

Laura:En efecto. Las actividades que proponemos se apoyan en un circuito de permacultura y dos viveros de orquídeas y flores exóticas, de los que parten las actividades y experiencias que ofrecemos. Como la permacultura cree en el cuidado de la tierra, de la gente y en compartir los recursos, pensamos que este circuito debería realizarse dentro de la escuela de Joví, con la intención de desarrollar actividades agroambientales con los visitantes y los estudiantes.

Verónica: En muchas ocasiones los proyectos de turismo comunitario no terminan por cuajar y a pesar del gran trabajo realizado por la comunidad, no llegan a ser rentables y desaparecen. ¿De qué forma os estáis asegurando de que esto no ocurra en Joví?

Laura: Lo que dices es totalmente cierto. Nuestro territorio en particular atrae a un gran número de investigadores y agencias de cooperación, por su extraordinaria biodiversidad y riqueza cultural. Sin embargo, al igual que en otras partes del país, no hay seguimiento a los proyectos que se inician y las comunidades quedan con la sensación de haber sido explotadas, y sin obtener un beneficio concreto. Por ello, mi mayor motivación para proponer este proyecto, ha sido la de construir todos juntos un espacio que atendiera algunas de las problemáticas identificadas, pero que al mismo tiempo, la misma comunidad recibieran un beneficio social y ambiental y que fuera autosostenible desde el punto de vista económico. De ahí la idea de vincular las actividades a la oferta turística de la comunidad.

Verónica: ¿Cómo trabajas con las comunidades locales y las preparas para atender a los turistas?

Laura: Mi trabajo con las comunidades es un trabajo en equipo. Yo identifiqué unas problemáticas, y a partir de ellas, y sus prioridades como comunidad, decidimos armar esta propuesta. La idea es apoyarlos en el proceso, pero la construcción la hacemos todos. Yo tengo algunos elementos para aportar y ellos tienen otros. Estamos hablando de interpretación de la naturaleza, de educación ambiental, de reconocimiento de saberes ancestrales, todos elementos esenciales para hablar de una verdadera experiencia ecoturística.

Verónica: ¿Cuáles son vuestras perspectivas de futuro?

Laura: Los planes a futuro es que Enamórate del Pacífico Colombiano pueda llegar a otras comunidades del municipio. Las actividades en sí pueden variar, dependerá de las características y el potencial de cada población, lo importante es que las organizaciones comunitarias se fortalezcan y sean cada vez más autónomas. En Joví, después de realizar las actividades previstas, espero que podamos continuar con espacios de comercialización de productos agrícolas. Un mercado campesino, es la próxima idea que tenemos en cocción. Claro que el turismo, siempre será un apoyo muy importante, un complemento para todas las actividades y hasta una plataforma para impulsarlas, pero también queremos incentivar nuevamente la vocación agrícola que tenía la comunidad.