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Conservación, diversión, educación y turismo responsable. Con Kowabunga todo es posible.

Clara

Lejos de los habituales paquetes turísticos de voluntariado con animales, Kowabunga Ecoproject ofrece una experiencia anual en Oaxaca (México), donde el viajero participa activamente en la conservación de una especie amenazada: las tortugas marinas. Clara, su fundadora, nos explica a continuación la clave del éxito de esta elaborada proposición de viaje: participación activa, educación social y ambiental y experiencias únicas que no dejarán al viajero indiferente. Sin olvidarnos del ecoturismo responsable como filosofía de empresa, el cual maximiza en el bienestar animal y genera un impulso económico en la población local.


Ángela: Cuando llevan a sus clientes a ver el desove de las tortugas ¿de qué forma garantiza el bienestar de las mismas?

Clara:Kowabunga Ecoproject

trabaja con guías locales, muy conocedores del área, que desarrollan durante prácticamente todos los días del año la labor de conservación de tortugas marinas. Nosotros, el primer día de la experiencia, realizamos una reunión con los viajeros en la que explicamos las pautas de comportamiento tanto durante los recorridos como durante la estancia en la comunidad. Los patrullajes se hacen con grupos de personas reducidos, sin luz que pudiera disuadir a la tortuga de salir del mar, y manteniendo un volumen de conversación que no perturbe a los animales que podamos encontrar en el camino (no sólo se ven tortugas, también cocodrilos, distintas aves, etc.). Una vez visualizamos a la hembra de tortuga, no nos acercamos a ella hasta que haya elegido su lugar y empieza a hacer el nido. Nos preocupamos así de mantener una distancia de seguridad que no interfiera en la labor de la tortuga.

No tocamos a los animales en la medida de lo posible, y las cámaras se emplean si flash, gracias al alumbrado de una linterna especializada para luz nocturna que porta el guía. Si tenemos que ayudar a las crías a llegar al mar porque las circunstancias así lo requiriesen, enseñamos cómo hacerlo (es importante no transmitir olores a los animales, tener las manos limpias de repelentes anti mosquitos, y frotadas con arena de la playa, etc.). Así mismo se dan instrucciones sobre cómo manipular los huevos… En definitiva, se enseñan pautas de comportamiento medioambiental para que la labor de conservación sea realizada con éxito.

Ángela: ¿Qué estrategias siguen para comunicar la sostenibilidad y vuestro trabajo a favor del bienestar animal?

Clara:

Según los grupos a los que nos dirijamos, la estrategia cambia. Realizamos labores de educación ambiental con niños: en España dando talleres en colegios, donde tratamos de transmitir que nuestras acciones, aunque estemos alejados del mar (en nuestro caso, que somos de Madrid) pueden tener una acción directa y contaminante de los océanos. Tratamos de contar que tenemos una pequeña responsabilidad, y que por ello debemos esforzarnos. Y en Ventanilla (la comunidad indígena zapoteca en la que trabajamos en México) realizamos talleres con los niños de la comunidad, lo que también resulta muy enriquecedor para los viajeros, que obtienen una perspectiva más global de la problemática que se da en el lugar.

El grupo de Kowabunga haciendo talleres con niños en Ventanilla

En España, además, damos conferencias en universidades, nos movemos por todos los medios de comunicación que nos brindan un espacio. El mensaje que transmitimos es sencillo: una pequeña región del planeta ha optado por la sostenibilidad ambiental como alternativa de futuro, teniendo al ecoturismo como aliado. Antes, nuestra comunidad vivía de la caza del cocodrilo y de la tortuga. Ahora viven de enseñar su patrimonio natural, es decir, promueven la conservación. Ha habido un cambio de paradigma. Si eso sucede en ese lugar, se puede extrapolar a otros minúsculos puntos del planeta, por lo que el mensaje de que el desarrollo sostenible funciona se convierte en algo real y tangible.

«Una pequeña región del planeta ha optado por la sostenibilidad ambiental como alternativa de futuro, teniendo al ecoturismo como aliado […] el mensaje de que el desarrollo sostenible funciona se convierte en algo real y tangible.»

Ángela: De todo lo que habéis conseguido hasta ahora, ¿de qué estáis más orgullos@s?

Clara:

Hay muchos puntos que nos enorgullecen. Muchas barreras que hemos salvado. Sacar adelante un proyecto con un océano de por medio (la burocracia no es fácil cuando hay siete horas de diferencia, y los vuelos son siempre un problema para el bolsillo), trabajando con comunidades con una cultura y una tradición bien distinta. Ser aceptados por ellos, formar parte de un objetivo común, de una misma sociedad, es muy gratificante.

Otra cosa que nos enorgullece es poder ver en los viajeros, esas personas ajenas que han confiado en ti, en tu proyecto y en tu mensaje, la emoción y el sobrecogimiento ante tanta belleza (el paisaje es apabullante), y los nervios previos a cada patrullaje por encontrar ante sus ojos a un animal en peligro de extinción al que, al menos en ese momento no le va a pasar nada porque nuestra presencia le protege… Nervios que sentiste tú mismo el primer día que hiciste un patrullaje, y que sigues sintiendo aunque acuse el cansancio… Ese sentimiento de gratitud es inmenso, y muy hermoso.

Ángela: En tu opinión, ¿cuál crees que es la situación del turismo responsable en México?

Clara:

Sin ninguna duda hay muchos indicios, y hemos podido ser testigos privilegiados de ello, de que el turismo responsable es una herramienta emergente que además es muy poderosa. Creemos que se han dado una serie de circunstancias que hacen crucial este momento en el sentido de cómo se va a usar esta herramienta. Es el momento en el que muchas comunidades y zonas tienen que elegir un camino: un turismo convencional cuyos resultados ya se conocen, o bien un turismo sostenible, con beneficios más a largo plazo, pero que indudablemente empodera a las comunidades, entre otras condiciones. Así que el ecoturismo representa un apoyo hacia grupos de gente que ha decidido tomar el camino alternativo.

México es un país megadiverso, tiene distintos ecosistemas, y muchos atractivos culturales. Es un escenario privilegiado para probar ese tipo de desarrollo, y en muchos lugares, como en Oaxaca, donde Kowabunga opera, se está dando. También ha sido un país en el que se ha probado la explotación no sostenible y se conocen sus consecuencias. Pero algunos lo han tomado como un punto de partida hacia lo diferente… y de aprendizaje.

¡Muchas gracias Clara! Recuerda que puedes seguir a Kowabunga Ecoproyect visitando su página web, siguiéndoles en Facebook & en Twitter