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Molló Parc, el parque de los Pirineos comprometido con el bienestar animal

Antoni Solé

Molló Parc no es un zoo tradicional, es un parque de animales con una idea muy clara y diferenciada: el bienestar animal y la educación ambiental. En esta entrevista hablamos con su director Antoni Solé, quien sostiene que la idea principal de este parque es que la gente acuda a dar un paseo por la montaña mientras descubre la biodiversidad local y los usos tradicionales del paisaje del Pirineo catalán.


Laura: Molló Parc se diferencia de un zoo tradicional porque aquí los animales viven en su hábitat natural donde los visitantes sólo encontrarán animales típicos de la zona. ¿Cuál ha sido la aceptación general del público sobre este concepto innovador?

Antoni:

 Mientras que este concepto de parque de animales está bastante extendido en Europa, aquí en Catalunya y en el resto de España en general no está bien concebido. En nuestro caso fuimos pioneros en crear este concepto en Catalunya y ahora hay otra iniciativa similar en el Valle de Arán, por lo que estas alternativas a zoo tradicionales van ganando fuerza poco a poco. Aquí la gente no estaba acostumbrada a este tipo de parque pero estamos muy contentos de la aceptación que hemos tenido desde el principio y de lo contentos que están nuestros clientes después de su visita porque experimentan algo diferente.

Molló Parc tiene como finalidad la educación ambiental y la concienciación del público en temas medioambientales. Todos los animales salvajes del parque son nacidos en cautividad o son animales irrecuperables procedentes de centros de recuperación de fauna salvaje. El 99,9% de las llegadas de animales a estos centros están relacionados con la actividad humana; solo el 0,1% ingresan por enfermedades naturales de los mismos. Las causas más frecuentes de ingreso por enfermedad son: atropellos, choques contra cables eléctricos o vallas metálicas, heridas por arma de fuego o caída del nido de las crías.

Laura: ¿De qué forma se garantiza el bienestar animal de los residentes en Molló Parc?

Antoni: 

Los animales herbívoros no requieren demasiado esfuerzo para garantizar su bienestar ya que disponen de grandes extensiones de terreno para vivir en plena libertad. Los carnívoros están en unas instalaciones muy grandes pero son con los que más debemos trabajar el bienestar animal para que no tengan estrés. Tenemos una gran suerte y es que hemos congeniado mucho con un profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Xavier Manteca, que ha hecho varios libros sobre bienestar animal. Él, su mujer Marta Amat, que es etóloga y el naturalista Pepe Guillén nos asesoran mucho en este aspecto.

Para los trabajadores tenemos un código ético y Xavier viene una vez al año a darnos una charla sobre bienestar animal para estar al día. En cuanto a los visitantes, hay un porcentaje muy elevado que no da importancia a estos aspectos: ellos vienen aquí a pasar el día y a disfrutar. Hay otro tipo de cliente que sí se interesa más por el tema, para poner un ejemplo, te puedo contar una anécdota: tenemos una instalación con ardillas y recibimos un mail de una señora contándonos que le había gustado mucho el parque, pero que vio a las ardillas muy estresadas. En respuesta, le mandé el cartel informativo que hay al lado de la instalación explicando la situación de estos animales. Se encuentran en una instalación de liberación, más pequeña que las instalaciones normales. Proceden de centros de recuperación y las ponemos allí durante uno o dos meses, para acostumbrarse al país. Después pasan a otra jaula donde pueden entrar y salir, hasta el momento que ya no quieren entrar más. Hay un cartel que lo explica todo y esto es lo que envié a la señora que, muy amablemente, respondió disculpándose por no haberse fijado en la información.

Laura: ¿Cuál es el reto principal al que se enfrenta Molló Parc para garantizar el bienestar de los animales?

Antoni: 

La primera vez que vinieron Xavier y Marta, junto con un adiestrador de animales para ver cómo estos actúan, elaboramos una serie de protocolos donde descubrimos que el oso, el zorro, el lobo y el lince son los animales que corren más peligro de sufrir estrés y vimos que lo que debíamos hacer es controlar el bienestar de los mismos. Con respecto a los osos, en el momento del celo tenía alguna estereotipia y ahí fue cuando empezamos a trabajar más a fondo su bienestar animal. Hacemos cosas para que los osos actúen de la forma más similar como lo harían en la naturaleza: les esparcimos heces de otros animales del parque en su instalación, esparcimos fruta, pintamos un árbol con miel…

Los zorros, por ejemplo, hacían agujeros para esconderse y Marta nos recomendó poner sitios donde poder esconderse y dejarse ver solo cuando ellos quieran; que tengan la libertad de dejarse ver o esconderse. Lo que hacíamos para que se dejaran ver más es darles comida con un clicker, para que asociaran su sonido con la comida. De esta forma se dejan ver más y también están más tranquilos.

Con los lobos y los linces hicimos algo similar. Para aliviarles el estrés y que se acostumbraran a ver gente, les dábamos carne a través de la valla intentando mantener el contacto visual con ellos para que perdieran el miedo. Además, hemos conseguido, por ejemplo, que el veterinario le pueda revisar las piernas sin tener que dormirlo.

Creo que un parque como el nuestro debe cumplir tres facetas: educativa, de investigación y de bienestar animal. Este último aspecto lo estamos trabajando muy bien porque estamos muy bien asesorados. Además, en el parque tenemos la cantidad justa de animales para que ellos estén bien.

Laura: De todo lo que habéis conseguido hasta ahora, ¿de qué estáis más orgullosos?

Antoni: 

Mi idea principal, a parte del parque de animales, era que quería conservar esta parte del país y el paisaje tal y como estaba. He visitado muchos parques fuera de España, pero los de aquí están muy yermos; lo que es característico de esta zona, ya que a través de la ganadería, las propiedades quedan yermas porque los ganaderos traen las vacas y todo queda lleno de helechos. Empecé a trabajar con yeguas y cabras, para mantener el campo limpio y a partir de ahí se abrieron más posibilidades y desarrollamos el parque de animales. Estamos muy contentos porque la gente está muy agradecida con lo que hacemos.

De cara al próximo año, estamos preparando un proyecto educativo para informar mejor a la gente sobre todo nuestro trabajo en bienestar animal. Aquí hacemos un trabajo que creo que está muy bien; por ejemplo, haremos una nueva instalación para águilas reales irrecuperables que vienen de Andalucía. Estas águilas hay que llevarlas a un sitio como el nuestro porque si se vuelven a dejar en la naturaleza, morirán. No hemos sabido aún divulgar este trabajo que hacemos con los animales irrecuperables. La gineta que tenemos, por ejemplo, la tenían unos particulares en su casa; si se libera, morirá. Tenemos un rebeco que nos trajeron los guardas forestales que tenía una enfermedad en los ojos; lo cuidamos durante cuatro meses y ahora está liberado junto a los demás. El año pasado tuvimos también un rebeco con una pata rota; una vez curado, se fue. Ni podemos ni queremos tener animales cogidos del exterior porque están acostumbrados a vivir en libertad sin problema y aquí morirían

Laura: ¿Qué estrategias seguís para comunicar la sostenibilidad y vuestro trabajo a favor del bienestar animal?

Antoni: 

Estos siete años nos hemos dedicado mayoritariamente a levantar el parque tal y como teníamos en mente, porque empezamos con muy poca cosa. Ahora nos hemos dado cuenta que lo que nos falta es el tema de la comunicación.

Yo pienso que la gente que viene no es consciente de todo el trabajo que hacemos en bienestar animal porque tampoco lo hemos sabido comunicar, aunque mucha gente nos felicita por lo bien que está el parque. La gente tiene cada vez más conciencia ambiental. Nos encontramos algunos visitantes con cierto reparo hacia el parque; si supiéramos explicar todo lo que hacemos con la recuperación de los animales y la educación ambiental, lo verían distinto. La gente cada vez es más exigente. Los visitantes que tenemos en el parque quedan muy satisfechos; se trata de gente que viene a buscar el contacto con la naturaleza, muy educada y muy respetuosa con el entorno.

Tenemos el proyecto de hacer un centro de interpretación de tres o cuatro animales; queremos usar las nuevas tecnologías para hacerlo más interactivo, sobre todo para los niños y así maximizar los mensajes de conservación e interpretación tanto de los animales como del paisaje. También cambiaremos los carteles del parque para hacerlos más visuales, de forma que sean más atractivos para los visitantes. Otra actividad prevista es dar charlas, de entre cinco y diez minutos, en distintos sitios del parque sobre los  animales. Creo que es un proyecto interesante porque en los parques en los que he estado no lo he visto nunca.

¡Muchas gracias Antoni por contarnos la historia de Molló Parc! Puedes seguir su trabajo en Facebook y visitar su página web.