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Valencia, primera ciudad del mundo en calcular la huella hídrica del turismo

Todo el mundo habla de la huella del carbono pero no es la única que debemos tener en cuenta para analizar el avance de la contaminación de la tierra. Valencia marca un nuevo hito en su compromiso con el desarrollo de un turismo sostenible, convirtiéndose en la primera ciudad del mundo en calcular la huella hídrica del turismo.

Un nuevo estudio, realizado por la empresa Global Omnium en colaboración con la Fundación Visit València y el Ayuntamiento de la ciudad, muestra el impacto de las acciones humanas en los recursos hídricos, calculando el consumo y contaminación del agua dulce que se deriva, directa o indirectamente, de los diferentes componentes de la actividad turística, desde el transporte y el alojamiento a la consumición en restaurantes y locales de ocio.  

La iniciativa forma parte de la Estrategia de Turismo Sostenible de la ciudad, sumándose a los esfuerzos para convertirse en un destino neutro en emisiones de carbono en 2025.

Del mismo modo, Valencia aspira a tener una huella hídrica neutra a través de una gestión más eficiente de este recurso tan vital. El estudio ha sido verificado por AENOR, la Asociación Española de Normalización y Certificación.

La huella hídrica del turismo en Valencia De acuerdo con el estudio, el volumen total de consumo de agua derivado de la actividad turística en Valencia en el año 2019 fue de 74,23 hectómetros cúbicos, lo que supone una huella hídrica de 0,315 metros cúbicos por turista y día. En el cálculo se incluye también a los cruceristas y a quienes simplemente visitan la ciudad en una excursión.

Solo el 16% del total corresponde al consumo directo de agua por los turistas, sobre todo en los alojamientos turísticos, mientras que el 84% es un consumo indirecto asociado a la producción de bienes y servicios, o la elaboración de alimentos.

Esto incluye principalmente las comidas que los visitantes disfrutan en los restaurantes de la ciudad, las compras que hacen en sus tiendas y el mantenimiento de atracciones y locales de ocio. Por otro lado, el uso del transporte (tanto público como el alquiler de vehículos), solo constituye un 0,10% de la huella hídrica del turismo.

Los servicios públicos de agua representan tan solo un 0,53% de la huella hídrica, cifra que demuestra la gran eficiencia hídrica de la ciudad, la mayor de Europa, con un 87% de eficiencia real gracias, entre otras cosas, a una completa red digital de medición.

El cálculo de la huella hídrica supone el primer paso para identificar oportunidades para la reducción del consumo de agua e implementar las medidas necesarias para una gestión más sostenible de este recurso. Con ello, no solo se generarán ahorros, favoreciendo la economía local, sino que también se contribuirá a la conservación de los ecosistemas naturales y los visitantes podrán disfrutar de un destino sostenible, seguro y saludable.

El turismo sostenible que ya se practica en València

Actualmente la ciudad cuenta con diversas iniciativas para realizar turismo más respetuoso con el ecosistema; el objetivo es que la huella de sus visitantes tenga el menor impacto posible. Un ejemplo de estas actividades ya implementadas es la buena red de transporte público con la que cuenta.

O el número de kilómetros de carril bici que hay repartidos por las calles de la ciudad. Moverse por València emitiendo bajas emisiones es una realidad desde hace muchos años.

Otras propuestas interesantes que el turismo sostenible de València ofrece, es practicar el voluntariado medioambiental con diferentes proyectos que se pueden consultar en la web de Visit València; o los programas de conservación de especies en peligro de extinción que el Bioparc o el Oceanogràfic tienen.

No cabe duda de que Valencia está preparada para recibir al nuevo perfil de turista que busca viajar de manera más sostenible, intentando dejar la menor huella posible para que otros también puedan disfrutar.


Este artículo es un resumen de la noticia original publicada por Expreso: «Valencia, primera ciudad del mundo en calcular la huella hídrica del turismo«.