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Soluciones innovadoras mejoran la competitividad y comercialización de pescadoras artesanales en la Región de Los Ríos

Mediante el proyecto “Aumento en la competitividad de plantas pesqueras artesanales bajo el estándar de comercio justo”, ejecutado por la Fundación Cocinamar y financiado por Corfo, dos plantas de proceso lideradas por mujeres en Valdivia mejoran sus capacidades productivas y comerciales. 

A un año de instalarse la pandemia del Covid 19 en el mundo, Dominga Huichalaf, pescadora y emprendedora de la pesca artesanal en Niebla, localidad costera de Valdivia, hace un balance positivo. Y es que al igual que otros pescadores y pescadoras a lo largo de todo Chile, Dominga tuvo que reorientar su negocio, cerrando las puertas de su restaurant “La Minga” en marzo de 2020 y adaptarse a la nueva modalidad de reparto a domicilio. 

Pesca artesanal
Dominga Huichalaf en los ahumadores. Autor: Fernando Ruz.

Junto con esto, Dominga ha hecho alianzas positivas con programas de venta de productos del mar de manera online como “Aquí hay Pescado”, un prototipo de innovación social en Valdivia, a quienes provee no solo de sus pescados congelados, sino que también de otros productos que ha lanzado al mercado este año, como conservas de navajuelas al pil pil, pesquería que se encuentra en proceso de certificación con sello Fair Trade Certified. 

“Nos ha ido bien, hemos vendido harto, nos ha ido mejor que hasta antes de la pandemia”, dice Dominga contenta, porque además mediante el proyecto “Conecta y Colabora” de Corfo, se le han reparado sus instalaciones y entregado algunos equipos. Por ejemplo, se refaccionó la sala de ahumados y se le entregaron dos ahumadores de acero inoxidable de mayor tamaño, lo que implica, según Dominga, duplicar su capacidad de producción y facilitar su limpieza luego de usarlos, además de una congeladora de mayor capacidad para guardar sus productos, unas pinzas para despinar y una hidrolavadora. 

“Antes me demoraba mucho en lavar las bandejas donde pongo el pescado, porque no son bandejas lisas las que utilizamos, entonces se van impregnando de residuos, los que tenía que limpiar a mano con una escobilla. Ahora, con la fuerza que tiene la hidrolavadora, les tiro agua y sale toda la suciedad. Lo que hacía en una hora, ahora lo puedo hacer en diez minutos”, explicó Dominga. 

Congelado IQF artesanal. Autor: Fernando Ruz.

Griselda Ilabel, socia de la Fundación Cocinamar y directora de esta iniciativa, reconoce que es muy potente lo que se ha logrado mediante este proyecto, pues “ellas solas no hubiesen podido hacer las mejoras que necesitaban. El emprendimiento en general, no genera excedentes para invertir, se convierte todo en capital de trabajo para seguir operando, difícilmente tienes los recursos para invertir en tu negocio, a no ser con deuda y eso es muy arriesgado en este momento”, señaló. 

También en Niebla, se ubica la pequeña planta de proceso de Elsa Neira, en la cual trabajan cuatro familiares, donde procesan navajuelas, choritos maltones y en menor medida jaibas, ya que como explica la misma Elsa, en invierno se pierden un poco estas últimas. 

Método artesanal
Elsa Neira. Autor: Fernando Ruz.

A esta planta también se le realizaron mejoras en cuanto a infraestructura, ampliando los metros cuadrados construidos y separando las áreas de trabajo. Además, se les está construyendo un cocedor de mariscos, con la finalidad de mecanizar un poco el proceso que realizan de manera manual, afuera de la planta. “Hasta ahora cocíamos los mariscos en un fogón a leña que prendemos todas las mañanas. Al fogón se le pone un tambor con agua y ahí cocemos los mariscos. Ahora instalaremos dentro de la planta, una combustión lenta que también lleva un tambor con agua y otro pequeño dentro, donde se va a colocar el marisco para cocerlo”, explica Elsa. 

Una solución innovadora que ella encontró en otro emprendimiento, ya que este cocedor es utilizado para cocer avellanas. “Las avellanas pasan por ese proceso, pasan primero por agua caliente para soltar la cutícula. Cuando lo vi, me di cuenta de que esto podía servir para cocer mariscos”, dijo. 

Sin embargo, “este tipo de soluciones no están disponibles en el mercado. En una ferretería, por ejemplo, tú no vas y te compras un ahumador de las dimensiones que estamos haciendo, encuentras un ahumador eléctrico, que pierde el sentido de lo que ellas tradicionalmente hacen. Tampoco encuentras un cocedor de mariscos con estas características, esta es una adaptación de lo que vio una de las emprendedoras como una solución para mejorar su proceso, además ellas son co-ejecutoras de la iniciativa y están orgullosas de lo que están logrando”, señaló la directora de Fundación Cocinamar y ejecutora del proyecto.

La pesca artesanal se reinventa en la Región de lo Ríos para adaptarse a los cambios que ha supuesto la pandemia del Covid-19.
Dominga Huichalaf y Elsa Neira. Autor: Fernando Ruz.

Otra de las innovaciones adaptadas de manera artesanal, a esta planta de pequeña escala, es el emparrillado IQF, que en sus siglas en inglés significa, “Individual Quick Freezing” o “congelado rápido individual”, un método por el cual se congelan los productos de forma rápida, eficiente y de manera individual”. 

“Son unas latas de acero inoxidable, en las que vamos poniendo de a una las navajuelas o los choritos enteros y después los sacamos y ponemos en bolsitas. Es práctico para el cliente porque pueden tomar un puñado de mariscos (no en bloque) y se descongelan súper rápido. Me gusta mucho ese trabajo porque con esto buscamos la comodidad y una mejor calidad para los clientes”, aseguró Elsa. 

Navajuelas en conserva Dominga Huichalaf. Autor: Fernando Ruz.

Carlos Riquelme, director de Fomento Los Ríos y Corfo en la región, valoró esta iniciativa y destacó la importancia del proyecto. “Como institución estamos convencidos de que la innovación es un elemento vital para aumentar la competitividad y la productividad, sin embargo esta innovación también en muchos casos conlleva inversión productiva y en ese sentido estamos felices de que estos programas hayan complementado ambas áreas, de manera de entregar todas las herramientas para que estas mujeres desarrollen sus emprendimientos de manera exitosa”.

“Como Fundación Cocinamar estamos muy contentos de trabajar con estas emprendedoras y en el camino, hemos identificado otros emprendimientos en la pesca artesanal, que esperamos poder apoyar también en otra oportunidad”, señaló Griselda Ilabel.


Este artículo ha sido originariamente publicado en Chef and Hotel y reproducido en Travindy con permiso de la autora, Gilda Medina: Soluciones innovadoras mejoran la competitividad y comercialización de pescadoras artesanales en la Región de Los Ríos.